Los juicios civiles tienen por objeto solucionar, fundamentalmente, controversias vinculadas con la persona, la familia o el patrimonio, es decir, conflictos relacionados con el domicilio, el estado civil, el matrimonio, el divorcio, la adopción, la patria potestad, la tutela, las propiedades, las sucesiones, las obligaciones.
Los juicios mercantiles tienen por objeto decidir las controversias que deriven de actos considerados comerciales por las leyes de la materia.
Los juicios en materia administrativa son los que se tramitan por particulares cuándo estiman que un acto de autoridad administrativa por ejemplo una clausura es injusto o no reúne las formalidades legales se gestionan ante tribunales especializados para buscar la nulidad modificación del acto.
Los juicios en materia fiscal son aquellos promovidos en contra de resoluciones definitivas dictadas por autoridades Fiscales en que se determinan la existencia de obligaciones Fiscales sin lleguen devoluciones de ingresos se impongan multas o bien las que se dicten en materia de pensiones entre otras.
Los juicios de amparo son instrumentos a través de los cuales se busca mantener o defender el orden creado por la constitución política de los Estados Unidos Mexicanos y se promueve, entre otros, contra actos de autoridad que vulneren los derechos humanos de los gobernados, ya sean personas físicas o morales de carácter privado.